«Recordar a Batlle es para mí sacar a luz situaciones de sabiduría y de afecto, enseñanzas de un verdadero maestro, que me acompañan y me emocionan….
No pretendo resumir las enseñanzas de Batlle, pero siento necesario recordar, acaso al azar, algunas reflexiones que le he escuchado, siempre llenas de sabiduría y que por ello mismo era una continua incitación a transformarnos y ver con mayor claridad nuestro propio trabajo:
“Lo decorativo en la pintura suele significar lo humano.”
“La pintura trata esencialmente de las formas. Cada forma genera una técnica especial para ser pintada; no hay una sola técnica, sino una adaptación a cada forma en particular.”
“Una forma bien elaborada termina por adquirir el color que le corresponde. Y se cargan de contenidos simbólicos y, por ende, de tantos significados que a través de ello se podría desarrollar una psicología pertinente.”
Pero también y como parte de esa sabiduría, recuerdo su ácido humor. Una vez le preguntaron, en un reportaje radial “por qué era surrealista”, y Batlle contestó: “Por lo mismo que uno elige ser hincha de un determinado cuadro de fútbol y no de otro, simplemente por arquitectura de camiseta.”».