«Quienes fueron discípulos de Batlle Planas coinciden en destacar el magnetismo que emanaba de su personalidad. Para quienes no tuvieron esa relación, el hombre circunstancial, de recio porte, de mirada azul claro tan penetrante como lejana, parco y sibilino en su lenguaje, dejaba entrever un mundo fascinante, sólo en parte accesible a través de sus pinturas y de sus poesías. La temprana tarea de profundización espiritual que acometió, buscando un punto de confluencia entre lo científico y lo artístico, no constituyó una simple etapa sino la consigna que habría de mantener a lo largo de toda su vida».
«...desde un comienzo Batlle Planas adhirió al surrealismo. Creía en él, no tanto por la ruidosa publicidad sino porque le suministraba un fértil método de trabajo. Al aclarar su posición afirma: ‘Me considero promotor de un movimiento con características que le pertenecen. Estaría dentro de las técnicas o teorías del surrealismo, en un grado de evolución y con aportaciones muy distintas de los que serían los fundamentos de esas teorías, y de esa técnica, pero que se hermanan bastante entre sí».
«Cuando le hicieron miembro de la Academia Nacional de Bellas Artes anotó”: ‘No son sueños ni fantasías lo que yo pinto. Son cosas bien concretas de mis sentimientos anímicos que toman apariencia de sueños. Todos tenemos dentro de nosotros mismos razones angustiosas que nos determinan contenidos agresivos. Yo trato de canalizar automáticamente en la obra esos contenidos, para que no se manifiesten en la vida. Para lograrlo utilizo una técnica: la del automatismo».
«Yo no estoy comprometido en nada con el misterio. Muy al contrario, yo me siento comprometido con todos los aspectos que puedan configurar una ideología práctica de la relación humana».
«Yo espero que de todo lo particular de mi imaginería, de toda su morfología, y en la fiel dialéctica de ella, en los altos y bajos de sus acontecimientos, se me permita surgir espectáculos profundamente identificados con el humanismo, con convulsiones como las que me permitieron pintar un día esa sublime mujer de "La Hermanita de los Pobres", el personaje de "Noica", y la "Mujer Acompañante de los restos de Goya" A mí me interesa un himno perenne de los tres reinos de la naturaleza».
«Alentó esta profesión de fe humanitaria toda su vida, en el trato con sus semejantes, con sus discípulos, con la gente de la calle. En su expresión plástica, se corresponde con la predilección por la figura humana, sea la del "mundo circundante", o la que rescata mediante lo que Pellegrini llamaría "evasión de la realidad", pero que se vincula con un aspecto arquetípico de la misma, o con "lo fantástico de los mundos posibles" que describe Marcel Brion. En las anotaciones que han conservado sus hijos, encontramos algunas frases que nos iluminan sobre la simbiosis entre mundo interno y mundo externo. "De continuo, mientras nos dirigimos a nuestro estudio en la calle Santiago del Estero y enfrentamos la vieja arquitectura del convento de la calle Salta, o la arquitectura de esa vieja casa que queda en la esquina de Estados Unidos y la misma calle Santiago del Estero, y observamos cómo las cosas, cielos, hombres, vegetales, van poblando en un equilibrio tan justo los cortes rectangulares de una tela, y cómo la realidad aparentemente en azar no es nada más que un instante de nuestro estado de ánimo edificado para tranquilizar la historia de nuestra vida; y ya en una de las habitaciones de nuestro estudio vivir la fantasía de ese pensamiento de enfrentar ese ser profético con su mirada hacia el infinito, poderoso y alucinado (...) Los rayos del sol han dado justamente en la tela que estamos terminando. Es una figura que levanta un armonioso elemento abstracto y que lo exhibe en un paisaje dilatado en el que las formas de la naturaleza son vividas en montañas, cielos inmensos, vegetación o llanuras áridas, una manzana partida e infinita frente a un personaje que se aleja vestido de rojo. El sol va dibujando y dando vida y nuevo colorido a este cuadro, o ya se reparte a lo largo de toda la habitación mientras nosotros corremos lentamente las hojas de los cuadernos que hace años construimos de las cosas maravillosas creadas y vividas por los hombres, y pensamos en el gran sentido de este momento de la historia cuando la estructura de una manzana ha podido ser comprendida en la intensa realidad como un día lo fueron para Lucas Paccioli los herméticos poliedros(...) He pintado y pinto como continuación de una ley fuerte y estoy siempre vigilante de lo que mi instinto me manda a través de sus mecanismos irracionales y de mi facultad de ver. La descarga que permite esta técnica es, a su vez, una carga. Los impedimentos del concepto o del preconcepto quedan de lado. La descarga permite que afloren las arquitecturas más profundas de nuestro ser, quien se puebla así de mayores antecedentes para lograr una forma-tiempo. Este movimiento pendular tiene tal riqueza que por ello se hace variado su desprendimiento. El estilo está más fijo que nunca pero permite infinidad de dinámicas". Y una vez descrito el proceso fundamental de su quehacer, agrega: ‘Toda esta ciencia la viví y la ejecuté dedicada a un ser humano, colocando su imagen en todos los paisajes que mi ánimo aconsejaba. Tomó la frialdad o calidez del ámbito, es decir, mi propia frialdad o mi propio calor". Este ser humano a quien se refiere es Elena Salgueiro, su primera esposa.