Vicente Zito Lema: Usted se ha referido al automatismo psíquico como la mecánica principal del surrealismo. ¿Cuál es la naturaleza de ese instrumento? ¿Qué ha extraído como experiencia básica partir de su manejo?
Juan Batlle Planas: De ese aparato extraño, que permite concentrar mediante su propia ley y desconcentrar por mecánica automática mundos curiosos y particulares, estamos por suerte o desgracia en pañales.
¿Cómo lograr el automatismo? ¿Cómo determinar las palabras, las frases, las imágenes, las composiciones? ¿Solamente con el frenesí o con otras articulaciones? ¿Cómo se detecta ese mundo? ¿Quién Io dirige? ¿A dónde va'? Mejor dicho: ¿quién lo genera o por qué? ¿Qué proceso es el consecuente para darle curso?
Nosotros insistimos en que estas plazas fuertes son las reales consecuencias de la razón. No de la razón definida de manera enciclopédica, sino de la razón necesaria para que lo natural no pierda sus verdaderos ejes: una especie de péndulo interno, de asociación inteligente.
Un radar que compone los extremos para dictar una sentencia de comportamiento más lúcida que las conceptuales y que va directamente dirigida al espíritu (alma) y de ésta, en línea directa y fina proporción, al organismo todo, para que el hombre se afecte lo menos posible ante las dificultades de la vida. Es una especie de competente dirección que permite conciliar el cuerpo y alma.